Se dejó el popín más grande que la pelota del Kiko
Gastó 15 mil dólares en silicona y ahora cuenta su historia en un libro.
La potable Vanity Wonder tiene un trasero a prueba de choques. La chiquilla cuenta en un libro detalles de sus operacionbes.
Vanity Wonder a sus 30 años ya puede decir que tiene uno de los trastes más monumentales de todo el mundo y no es para menos, si para aumentar el volumen de su retaguardia ya ha soltado 15 mil dólares.
La chiquilla, una bailarina de Detroit, se ha convertido en una adicta a las inyecciones de silicona, y dado a la experiencia que tiene en el mercado de las cirugías estéticas, decidió escribir un libro donde entrega datos sobre el mercado negro de los tratamientos estéticos.
La chiquilla cuenta que se inyectó por primera vez silicona en 2006 y cree que ni siquiera era silicona, sino aceite de soya.